Introducción:
Registrar los valores de dióxido de carbono (CO2) emitidos desde el suelo, es una forma de medir la actividad de la biota edáfica. La mayor proporción proviene de la mineralización, degradación completa de un compuesto orgánico, donde el carbono orgánico es convertido en CO2 a través del proceso de la respiración. La emisión de CO2 por el suelo (respiración edáfica) es habitualmente registrada utilizando dos técnicas; una de ellas es la propuesta por Bartha y Pramer (1965) que se aplica a suelo tamizado en laboratorio y mide la tasa de producción de CO2 en µcromoles de CO2 /g de suelo seco. Esta técnica emplea frascos medidores (biometers), y utiliza hidróxido de potasio (KOH) como sustancia alcalina que reacciona con el CO2 producido por el suelo. Permite retirar y sustituir el álcali sin exponer el sistema a la contaminación por CO2 atmosférico. La otra fue diseñada por Walter y Haber en 1957 para registrar respiración edáfica in situ, es conocida con el nombre de “técnica del cilindro invertido y absorción en un álcali”, emplea recipientes plásticos blancos que una vez instalados permanecen en el campo hasta 24 horas y los valores de respiración edáfica obtenidos se expresan en mg de CO2 /m2h. La sustancia alcalina empleada para captar el CO2 emitido es hidróxido de sodio (NaOH).
En la actualidad se cuenta con poca información que permita contrastar los resultados obtenidos para respiración edáfica; son escasos los trabajos de investigación en los que se considere esta variable, y entre éstos, algunos han sido realizados en diferentes sistemas ecológicos o bien en sistemas ecológicos comparables con resultados expresados en diferentes unidades de medida. Con el objetivo de registrar respiración edáfica en campo sin alterar el suelo y obtener valores que representen la actividad edáfica total, incluyendo a la fauna y a las raíces, hemos adaptado la técnica de Bartha y Pramer. Aquí se describen las modificaciones realizadas a la técnica y se presentan valores promedio de respiración por época del año, con el fin de discutir y contrastar los resultados obtenidos con colegas que se encuentren realizando ensayos similares.
Materiales y Métodos: En una primera experiencia realizada en el año 2005 se tomaron nueve muestras de suelo de diferentes sectores del Paseo del Bosque, un parque urbano ubicado en la ciudad de La Plata, Provincia de Buenos Aires, y se registró la tasa de emisión de CO2, en laboratorio mediante el uso de biometers. Desde el año 2006 y hasta la fecha se registró, en el mismo Parque, mensualmente y durante un año, la respiración edáfica in situ en seis parcelas experimentales, utilizando la técnica de Bartha y Pramer modificada. Se obtuvieron 288 registros de la emisión de CO2 expresados en µcromoles de CO2 por gramo de suelo seco.
La técnica empleada consistió en:
- previo retiro de la cubierta vegetal, se instaló hasta una profundidad de entre 4 y 6 cm un cilindro metálico con borde biselado y una tapa hermética con dos orificios y sus respectivos tapones de goma, como se propone en el manual de USDA de 1999. En su interior se colocó un frasco de vidrio que contenía KOH y posteriormente cloruro de bario (ClBa), en iguales proporciones que en la técnica Bartha y Pramer. A través de registros preliminares in situ se estableció que 30 minutos de exposición del sistema al CO2 emitido por el suelo, son suficientes para registrar valores de respiración edáfica que aseguran un excedente de KOH.
-los reactivos contenidos fueron retirados registrando el volumen recuperado, colocados en un frasco con tapa hermética y transportados al laboratorio donde se realizó el resto de las determinaciones para obtener los µcromoles de CO2/ g de suelo seco se estimó el peso del suelo a partir de la determinación de su densidad aparente.
Resultados: En las diferentes experiencias realizadas en el Paseo del Bosque hemos podido comprobar que los valores de respiración edáfica obtenidos en laboratorio para suelos sin tamizar utilizando la técnica de Bartha y Pramer y los obtenidos in situ a partir del uso de la técnica adaptada, presentan una tendencia de variación temporal similar. En todos los casos la producción de CO2 fue mayor en el verano y mínima en el invierno, registrándose valores estivales de 469,34 µcromoles/g de suelo seco en laboratorio y de 338-198 µcromoles/g de suelo seco en campo e invernales de 425,75 µcromoles/g de suelo seco para laboratorio y 200-142 µcromoles/g de suelo seco en campo. Los mayores valores registrados en laboratorio son sobreestimaciones y se explican por la pérdida de estructura del suelo, mortalidad de raíces y estimulación de la actividad de la microflora.
Lo expuesto queda disponible para discutir y analizar el método empleado y los resultados obtenidos. También consideramos necesario seguir trabajando en el tema y tenemos como objetivo realizar, este año, una nueva experiencia registrando la variable in situ empleando la técnica de Walter y Haber y la técnica de Bartha y Pramer modificada, unificando las unidades de medida empleadas por ambas. Los valores de registros obtenidos, los esfuerzos de la implementación que requiere cada una de las técnicas, el tiempo de permanencia en el campo, frecuencia de asistencia al mismo para la obtención de un registro de la variable, cantidades de reactivos y valor económico de los mismos serán comparados y otro de los objetivos es generar una base de datos que quede disponible para aquellos que deseen medir respiración edáfica.